Me siento afortunada por ser cómo soy. Afortunada de poder verme reflejada en los ojos de los animales y sentir que soy uno más de ellos. Afortunada de no entender el mundo humano, la mayoría de las veces. Afortunada de sentirme en mi lugar cuando estoy frente al mar, o bajo el agua, o rodeada de árboles y de ruídos del bosque. Afortunada de no disfrutar compartiendo la mayoría de cosas que la gente comparte. De no tener amigos que no lo son. De tener el valor de pensar sobre las cosas que me son dadas "ya pensadas" y llegar así a conclusiones que la mayoría de las veces nada tienen que ver con lo comunmente aceptado. Orgullosa de posicionarme contra el sistema. Orgullosa de no pertenecer a ningún grupo, a ninguna secta. Orgullosa por aspirar a ser libre y saber lo que quiero, aunque sea difícil alcanzarlo, aunque nunca lo alcance. Afortunada por saber elegir y saber qué deshechar. Orgullosa de los seres de los que he sabido rodearme, dejando atrás aquellos que no valían la pena. Y orgullosa por no comer animales.
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